El prosito es comentar sobre pasajes biblicos para tener devocionales semanales.
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Tuesday, May 24, 2011
El anatema en nuestra vida. Josué 7
Josué acaba de cruzar el Jordán y la primera victoria que Dios le da se comenta en el capítulo 6 del libro de Josué. Pero en el siguiente capítulo parecería que Josué y su ejército se relajaron. ¿No te pasa que Dios te abre el Jordán para que pases en seco, te da el milagro de una sanación y de repente pensamos que podemos hacer las cosas por nosotros mismos? Bueno, no estás solo. A Josué le pasó lo mismo y siguió los consejos “sabios” de su gente (v.2-4). Dios no necesita ayuda y no le gusta que lo ignoren y se lo demostró haciéndolo derrotar por los enemigos. Con todo y eso, Josué comenzó a protestarle a Dios (v. 6-9) y Dios le dice que no se porte como un niño y que se fije quien había cometido pecado (v.10-12). Cuantas veces le reclamamos a Dios por nuestros propios errores. Cuantas veces lo culpamos porque tenemos pecados en nuestras vidas que no nos dejan avanzar, conquistar la tierra que nos ha dado y disfrutar las victorias. ¿Hace mucho que no ves victoria en tu vida? ¿Has revisado tu tienda (casa) o familia a ver si hay algo que a Dios no le agrada? Analiza lo que le paso a Josué: después que descubrió el pecado y lo quitó (v. 20-26), Dios le dio una contundente victoria (cap. 8). Dios le confirma a Josué que le daba otra oportunidad, lo envía y le da instrucciones que Josué obedece fielmente. Dios te puede dar otra oportunidad a pesar que no lo hayas tomado en cuenta. Dios te quiere dar esa victoria que a ti te parece lejana. Dios no se ha olvidado de ti y si hizo algún milagro en tu vida, El lo puede hacer de vuelta. Dios es un Dios de segundas oportunidades. El no te deja y te dice que “como estuvo con Moisés estará contigo donde quiera que vayas” (Josué 1:5). Revisa tu vida, aclara tus pensamientos, erradica el pecado y tendrás la victoria. Dios lo puede hacer de nuevo. Dios te bendiga. Pastor Marcelo Bustos
Monday, May 16, 2011
Josué 3: 1-5 Cruzar el Jordán
El libro de Josué comienza con una muerte la de Moisés y Dios levanta un nuevo líder que El ya había conformando tiempo atrás (Números 27:18). Este líder es Josué, que fue elegido por Moisés como ayudante (Números 11:28) es el que va a guiar al pueblo a la conquista de la tierra que Dios había dado a los israelitas. Pero había un problema delante de ellos llamado Rio Jordán. Dios alienta a Josué, le da ánimo, lo insta a esforzarse (Josué 1:1-9). Pero ahora en el capítulo 3 le da la orden de levantarse y cruzar el rio para poseer la tierra. ¿Cuál es el Jordán que tú tienes delante de ti que te impide alcanzar las promesas de Dios? ¿Cuál es el obstáculo que está frenando la completa bendición? Tu carácter, tu vicio, tus tentaciones, tus debilidades quizás te están jugando en contra y Dios quiere que cruces ese estorbo. Josué se levanta viaja de un lado a otro y frente al rio descansa tres días (Josué 3:1). ¿Habrá estado Josué pensando qué decisión tomar? ¿Habrá visto que el rio estaba sucio, con barro y tuvo miedo? Quizás nuestro Jordán sea algo sucio que no queremos pasar porque tenemos miedo de mojarnos. El rio hace una división: de aquel lado, las bendiciones y promesas de Dios y de este lo “atractivo” de Egipto o sea el mundo. ¿Qué hago cruzo o no? ¿Y si la corriente me lleva? Cuando Josué se decide y ordena la marcha, Dios le abre el rio para que no se mojen. Josué le ordena al pueblo que sigan al arca (la presencia de Dios) porque de otra manera no iban a saber hacia dónde se dirigirían (v.3-4). Si no sabes hacia adonde va tu vida Si crees que tu norte se perdió, pregúntate en qué lugar está la presencia de Dios en tu caminar. Quizás con la velocidad en que caminamos, la hayas pasado o emparejado. En cualquiera de los 2 casos, toma tu tiempo como Josué, reposa y deja que sea el Espíritu Santo el que vaya delante de ti. Dios te bendiga. Pastor Marcelo Bustos
Monday, May 9, 2011
Esther: Una mujer diferente
En una época patriarcal donde la mujer era vista en menos, hubo una mujer que mereció tener un libro en las sagradas escrituras. Su nombre era Ester. Ella pertenecía a algunas “minorías” era huérfana, cautiva y era judía (v.2:6-7). En un plano así las posibilidades de sobresalir, de no ser una del montón, de ser líder o cabeza de algún movimiento, ante los ojos de los hombres, eran casi nulas. Pero Dios que es grande en sobremanera, no pensaba así. Dios levanto a esa mujer con todas las cosas en contra de ella hasta ponerla como esposa del rey Asuero que reinaba en ese tiempo (v.1:1-2). Ester consiguió el favor del rey debido a sus atractivos externos (2:7) pero Dios veía que sus cualidades internas iban a ser puestas en juego para el plan de Dios. Los judíos iban a ser exterminados debido al odio y al orgullo de un asistente del rey de nombre Aman (v. 3:13-15). Ester tomo cartas en el asunto y dispuso a hacer defensa de su pueblo, incluso arriesgando su propia vida (v.4:16) para liberar a su pueblo. Abuela, madre, hija, Ester nos enseña muchas cosas: 1. No importa lo que piense la “cultura” del momento, tus eres hija de Dios y nadie te puede poner en poco. 2. Decidió intervenir para cambiar la situación, Dios no te dio un Espíritu de cobardía sino de Poder (2 Timoteo 1:7). 3. No le importó su condición de mujer ya que no había hombres que tomen el papel de defensor del pueblo. Mujer tú tienes mucho para darle a Dios. El mundo necesita muchas Ester, una mujer diferente, fuera de lo normal. Se tomó del Poder de Dios y consiguió llevar a cabo el propósito de Dios: la liberación de su pueblo. Tu pueblo está en tu casa, tus hijos, nietos quizás (tu pueblo) te necesitan y están buscando, en este mundo tan aturdido, alguien que los guie y lleve a la victoria. ¿Te animas a ser diferente y ser una verdadera sierva de Dios? Dios te bendiga. Pastor Marcelo Bustos
Thursday, May 5, 2011
1 Pedro 2:9
Un llamado y sus responsabilidades
Desde que recibimos en nuestro corazón a Jesús somos salvos; la actitud de Dios hacia nosotros al llamarnos nos trajo su cuidado, respaldo y bendición abundante. Pero también espera de nosotros como hijos la obediencia y el compromiso en aéreas que definen nuestra nueva vida para siempre. Ser escogidos por Dios: Designa que hemos sido seleccionados a prestar un servicio y recibir un privilegio muy especial. I. Somos parte de un linaje escogido. Se quiere identificar y mostrar que no somos como todos, no pertenecemos a cualquier linaje sino a uno escogido. Fuimos seleccionados, apartados para toda buena obra que el Señor preparo de antemano. (Efesios 2-10). II. Somos llamados a un sacerdocio y real. Somos ministros especialmente designados para ser mediadores entre el hombre y la divinidad. Ya no necesitamos un mediador para presentarnos ante Dios, nosotros tenemos ese libre acceso a través de la muerte de Jesucristo que rompió la barrera que había para llegar al lugar santísimo donde se encuentra Dios. Esto significa que nos podemos acercar cara a cara ante el teniendo seguridad que El nos escucha y no nos rechaza jamás. (Juán 6:37). III. Somos llamados a ser embajadores (para que anunciéis). Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. (2ª Corintios 5:20). IV Al ser salvos recibimos dones para ministrar por medio del Espíritu Santo y para servir a los demás. Por tanto hermanos mostremos en nuestras vidas el fruto del Espíritu Santo y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras Dios te bendiga. Pastor Marcelo Bustos
Desde que recibimos en nuestro corazón a Jesús somos salvos; la actitud de Dios hacia nosotros al llamarnos nos trajo su cuidado, respaldo y bendición abundante. Pero también espera de nosotros como hijos la obediencia y el compromiso en aéreas que definen nuestra nueva vida para siempre. Ser escogidos por Dios: Designa que hemos sido seleccionados a prestar un servicio y recibir un privilegio muy especial. I. Somos parte de un linaje escogido. Se quiere identificar y mostrar que no somos como todos, no pertenecemos a cualquier linaje sino a uno escogido. Fuimos seleccionados, apartados para toda buena obra que el Señor preparo de antemano. (Efesios 2-10). II. Somos llamados a un sacerdocio y real. Somos ministros especialmente designados para ser mediadores entre el hombre y la divinidad. Ya no necesitamos un mediador para presentarnos ante Dios, nosotros tenemos ese libre acceso a través de la muerte de Jesucristo que rompió la barrera que había para llegar al lugar santísimo donde se encuentra Dios. Esto significa que nos podemos acercar cara a cara ante el teniendo seguridad que El nos escucha y no nos rechaza jamás. (Juán 6:37). III. Somos llamados a ser embajadores (para que anunciéis). Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. (2ª Corintios 5:20). IV Al ser salvos recibimos dones para ministrar por medio del Espíritu Santo y para servir a los demás. Por tanto hermanos mostremos en nuestras vidas el fruto del Espíritu Santo y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras Dios te bendiga. Pastor Marcelo Bustos
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