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Thursday, December 23, 2010

Navidad Mateo 1: 18-25

Hay muchos que todavía dudan que si Jesús es el hijo de Dios, es un cuento o solo fue un buen predicador. Para sacarte las dudas, está la Biblia, en el verso 18 dice que el nacimiento de Jesús fue así y punto. En estas Navidades mientras algunos se van a preocupar por cuanto y donde comprar, algunos otros vamos a festejar el nacimiento del Hijo de Dios. Aunque la fecha exacta no se sabe, que bonito es que cada Diciembre podemos dedicarle un tiempo a recordar que nuestro Dios envió a su hijo al mundo para salvar al que estaba perdido (Juan 3:16). Muchos nos quedamos con el bebe del nacimiento o pesebre, pero si nos quedamos ahí nos perdemos a Jesús el hombre, al sanador, al predicador, al proveedor, al profeta. Si nos quedamos con Jesús el hombre nos perdemos la cruz. Ese sacrificio terrible al que voluntariamente y en obediencia al Padre el cómo cordero fue llevado al matadero sin decir palabra (Isaías 53:7). Para esa muerte el vino al mundo a nacer. Y si nos quedamos con el Jesús de la cruz, como muchos tienen en sus casas o la llevan colgada en el pecho, nos olvidamos de la resurrección. A través de la resurrección fue que se venció a la muerte del alma. La resurrección fue la llave que abrió la puerta a la vida eterna, por eso dice Jesús que el que cree en El tiene vida eterna (Juan 3:36). En estas Navidades no te olvides que festejamos el nacimiento de Jesús, o sea su cumpleaños. Y aparte de los regalos, las reuniones, la comida y todo lo que viene, no dejes sin invitar a Jesús a tu casa, a tu vida, a tu corazón. Porque no hay nada más feo que dejar a la razón de esta celebración afuera de la celebración. Sin Jesús no hubiera Navidad y todo esto no tendría sentido. Así que cuando prepares la mesa, se sienten los invitados, has una pausa y agradece a Dios que envió a su hijo para salvación de la humanidad. Dios te bendiga. Marcelo Bustos

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