Me imagino a los dueños de campos cuando lo que sembraron esta listo para cosechar. Me imagino también cuando pasa el tiempo y los frutos de esas sembradas se están echando a perder porque no hay jornaleros para recoger. ¿Como se debe sentir el dueño del campo? Queremos pensar que el hizo un esfuerzo, puso lo mejor de si y no tiene gente para la cosecha. Dios puso a su hijo Jesucristo, pero no hay obreros para ir, no solo a recoger sino también a sembrar o regar (1 Corintios 3:6) Dios va a dar el crecimiento pero nosotros tenemos que hacer la otra parte. Jesús estaba viendo la necesidad comparándola con la agricultura, área que los judíos conocían muy bien. Por lo tanto, tenemos que orar para que se sigan levantando obreros para ir a llevar la palabra, instruir y plantar; no solo iglesias sino la Palabra de Dios. No hay que alquilar un local o tener necesariamente un pulpito a mano para hacerlo, en nuestra vida cotidiana tenemos oportunidades a diario para hacerlo. Quizás no puedas hablar mucho en tu trabajo, pero una invitación a la iglesia seria un camino o forma de hacerlo. Recordemos que nosotros podemos plantar y regar, Dios dará el crecimiento. Pero como una planta necesitamos primero poner la semilla, después regarla y esperar. Hay varios personajes de la Biblia que no querían al principio “ir”, como los casos de Moisés y Jonás, pero el plan de Dios era otro. Dios no se conformo con un “no” y los hizo atravesar pruebas. ¿Queremos seguir negándonos y pasar unas vacaciones en un desierto o dentro de un gran pez?
Dios te esta llamando para que llames a otros. Que esperas
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