Moisés y Aarón ante el faraón con miedos, dudas, temores, no saber que decir etc. etc. etc. ¿Te resulta conocido la situación? No te llamás ni Moisés ni Aarón pero cada día nos enfrentamos a faraón y no sabemos que hacer, nos quedamos mudos física y espiritualmente y nos preguntamos donde estaba Dios. Y aparte de eso, cuando le decimos a alguien que andamos en victoria, que en Cristo todo lo puedo, y todas las otras frases que sabemos de memoria, el faraón que tenemos enfrente nos dice: ¿y quien es tu Dios para que yo le haga caso (Éxodo 5:2). Quizás nuestra forma tímida o insegura de caminar y expresar lo que “creemos” no sea tan convincente ya que nosotros mismo no estamos convencidos. Recordemos que Moisés se crió en la primera mitad de su vida con otra cultura en la que no se hablaba de Dios, que se casó con una madianita (no hebrea) y las tradiciones eran distintas. Quizás en nuestra vida pasa algo similar y tampoco hay uso frecuente de la palabra de Dios, lectura etc. entonces nuestra fe comienza a dudar, el faraón se agranda, te bloquea y no te deja pensar. ¿Dios, donde estas? Es fácil delegar responsabilidades, Dios está ahí, esperando que tu clames (no dije quejes) para EL decirte: Ahora veraz lo que haré con faraón. (Éxodo 6:1). Estamos en el capítulo 5 de Éxodo, ¿cuando vamos a pasar página de duda para ir a la de la confianza y seguridad en Dios?.
Dios te bendiga
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